Ante la urgencia de conseguir una, los contribuyentes llegan a pagar hasta 15 mil pesos por una cita con el fisco.
Durante el último año, uno de los problemas más recurrentes del Servicio de Administración Tributaria (SAT) ha sido la falta de citas presenciales por la pandemia.
Esta semana, Héctor Horacio Dávila, vicepresidente estatal de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles de Coahuila, dijo que solamente se dan 30 citas diarias en Saltillo. De acuerdo con Dávila, la ciudad necesita por lo menos 200 citas. Este es un ejemplo de cómo la escasez de citas afecta a los contribuyentes en todo el país.
Esto ha causado varios problemas; por ejemplo, varias personales morales han tardado meses en darse de alta en el RFC. Básicamente, esto significa que no pueden operar. Otro problema importante es el retraso para personas físicas en la declaración anual por no poder tramitar su e.firma, que solamente puede hacerse presencialmente
Sin embargo, uno de los problemas más grandes es la venta ilegal de citas. En redes sociales, las citas se venden entre 300 y 15 mil pesos; la mayoría de las veces, quienes consiguen las citas sobornan al personal del SAT. Debido a esto, el mercado negro de citas presenciales ha ido creciendo en el último año.
De acuerdo con algunos especialistas, la venta de citas ya estaba presente desde antes de la pandemia, pero empeoró a partir de agosto de 2020. Ahora que se acercan los últimos días para presentar la declaración anual de personas físicas, la situación es cada vez más común.
En entrevista con El Horizonte, el especialista fiscal Ramón Cabrera explicó que algunos contribuyentes cambian su dirección para conseguir citas. Así, se cambian a municipios o estados donde haya menos demanda. En el caso de Nuevo León, por ejemplo, los contribuyentes tuvieron que ir hasta Saltillo, Nuevo Laredo y Durango para conseguirlas
También han surgido iniciativas perfectamente legales de parte de la ciudadanía, como la cuenta de Twitter @SATsincitas, que se dedica a compartir los reportes de los mismos contribuyentes que encuentran citas disponibles, facilitando así que quienes sigan la cuenta, generen su cita antes de que se acaben.
Esto, por supuesto, no acaba con el problema subyacente de la escasez de citas, sino que sólo ayuda a que los contribuyentes que tengan la fortuna de seguir a esta cuenta puedan programar la suya.
Con información de Vanguardia y El Horizonte