A modo de resumen, podemos destacar que la Reforma del Outsourcing determina en:

La subcontratación, prohibida

Salvo excepciones específicas, se prohíbe la subcontratación de personal que consiste en que una persona física o moral proporcione o ponga a disposición trabajadores propios en beneficio de otra.

El outsourcing, permitido cuando sean servicios especializados

Queda permitida únicamente la prestación de servicios especializados o la ejecución de obras especializadas, que no forman parte del objeto social ni de la actividad económica de la empresa beneficiaria de los mismos.

Responsabilidad solidaria

Las empresas o patrones que recurran a la prestación de servicios especializados con un contratista que incumpla las obligaciones con sus trabajadores, serán responsables solidarios de los trabajadores implicados.

Autorización de la STPS

Las empresas que presten servicios especializados requerirán autorización por parte de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, a ser renovada cada 3 años; además, quedarán inscritas en un padrón público.

Agencias de colocación

Quedan permitidas las agencias de colocación, pero solo podrán intervenir en el proceso de contratación (reclutamiento, selección, entrenamiento y capacitación, entre otras actividades) y en ningún caso se considerarán patrones.

Multas por incumplimiento de la reforma laboral

El incumplimiento de las nuevas disposiciones implica multas de hasta 50,000 veces la UMA. Es decir, hasta 4 millones 481,000 pesos para quien realice o preste servicios de subcontratación, sin contar con registro correspondiente y hasta tres años de cárcel por delito de defraudación fiscal.

Implicaciones fiscales del outsourcing

Los pagos por concepto de subcontratación de personal no tendrán efectos fiscales de deducción o acreditamiento. Asimismo, las irregularidades se procesarán como un delito de defraudación fiscal.

Con esta reforma del sistema de contratación de outsourcing, muchas empresas van a encontrarse con nuevas obligaciones frente a sus trabajadores.

Puede ser un nuevo reto para algunas organizaciones, que tendrán que contratar a sus colaboradores como personal propio. Además, surgirán nuevas necesidades, como el control horario de esa fuerza laboral o, a nivel más general, todo lo que supone la gestión de capital humano.